En un contexto como el actual, las organizaciones, como nunca, se ven obligadas a iniciar un proceso de automatización de recursos humanos. ¿Qué implica esto para el negocio? ¿Cuál es el costo de dicho cambio? ¿Qué pasa con aquellas empresas que no avancen en el cambio?
Gracias a la automatización de recursos humanos, el capital humano de las empresas se vuelve mucho más eficiente. Al automatizar estos procesos se genera un aumento de la productividad de todos los elementos relacionados con los recursos humanos impensado de otra forma. Esto, se ha potenciado mucho más con el advenimiento de la pandemia, al haberse generado un escenario en donde es la digitalización la que marca el pulso y los pasos a seguir.
Sin embargo, aún es complejo para una organización saber cuándo dar ese paso y entender si este movimiento implica un gasto o una inversión para la empresa. De acuerdo con Alfredo Terlizzi, el CEO de Workia, es clave que al inicio del proyecto se planteen de forma muy clara cuáles son los beneficios en términos de ahorro e inversión, algunos cualitativos y otros cuantitativos.
Siendo la de Recursos Humanos un área que aún no tiene tendencia a la medición es una oportunidad para evolucionar en ese sentido. “Algunos indicadores posibles para medir la transformación digital son: nivel de digitalización del área de recursos humanos (procesos soportados integralmente de forma digital versus mixtos o “papel”); valoración de los colaboradores del nivel de digitalización de la compañía, mejoras de la productividad de los procesos digitalizados; velocidad del proceso de transformación digital”, detalla el CEO de Workia.
En este sentido, conociendo las prioridades de la organización, mientras antes había opciones muy cerradas de cinco grandes players, hoy es posible comprar tecnología de RR. HH. en un marco de transformación digital creciente, contando con muchas opciones para la automatización de recursos humanos. “Algunas, con distintos pros y contras, con distintos alcances de calidad y precio. Otras, con productos más de nicho o más integrales; o con más o menos innovación. Es decir, que hay amplitudes a la hora de comprar tecnología. Siendo la empresa bien certera con sus prioridades y con un plan de implementación va a poder elegir mejor. En Workia, por ejemplo, los productos son modulares, permitiendo una estrategia que ayudará a la optimización de costos porque se puede empezar por un módulo e ir sumando otros”, agrega Terlizzi.
Sobre los servicios de automatización de recursos humanos
La mayoría de los productos modernos de Recursos Humanos están basados en la nube como software como servicio (SAAS). Por tal motivo, los costos dependerán del tamaño de la empresa. Según explica el ejecutivo de Workia, algunos productos están más preparados para un rubro que otro, pero no es tan común en tecnología de recursos humanos que el rubro sea limitante para la elección de un software. “No debería haber limitación por rubros porque esto hablaría de limitación del producto, que tendría que soportar las distintas casuísticas de los diversos segmentos”, expone.
Por otro lado, los tiempos de implementación son variables, dependerán del proveedor y de la empresa. “Es clave que la empresa comprenda que debe dedicar estructura, tiempos y recursos para el éxito del proceso”, agrega el CEO de Workia. “Hay PYMES que no lo tienen y hay proveedores como Workia que son flexibles y acompañan en este proceso”, asegura.
Este tipo de proceso no se implementa con el tiempo que le sobra al único liquidador de sueldos que pueda tener una empresa; si la implementación queda a cargo de colaboradores que hacen otras tareas y no pueden dejar de hacerlas la variable de ajuste será el tiempo de implementación. El punto es encontrar el equilibrio y que todo esto esté alineado a los objetivos del negocio, del área y volcados a un plan estratégico que contemple de forma específica la dedicación del colaborador multitarea.
Las empresas que aún no encararon un proceso así, están en un inmejorable momento para hacerlo porque no solo les va a incrementar la productividad, sino que además hay una generación nativa digital que va ocupando lugares de mayor responsabilidad en el área de RR.HH y busca naturalmente incorporar este tipo de tecnología.
“La obsolescencia tecnológica, en realidad no es tecnológica sino cultural, con lo cual impacta en los resultados generales del negocio siendo la tecnología el driver para lograr más y mejores resultados”, detalla Terlizzi. Por ende, es tan importante la elección de una herramienta de calidad que permita generar más productividad y valor agregado a los procesos de RRHH, como el proceso de cambio cultural y de implementación en sí mismo. En resumen, frente a la pregunta de si apostar a la automatización de procesos en el área de RRHH es una inversión o un gasto, definitivamente es una inversión. Y hay estrategias para que sea realizable y se la pueda medir y amplitud de precios. Ahora depende de la organización saber dónde están las prioridades.